Elohim Somej, Sámej



La energía de la letra Sámej es muy hermosa: ella es una Yud que se extiende y que circula por todo el universo, que regresa y se conecta a la Fuente de nuevo; es un círculo infinito. Ocupa la posición número 15 dentro del alfabeto hebreo y su guematria es 60.

Sobre esta letra, dice el Zohar: “La letra Sámej apareció ante el Creador y dijo: ‘Creador del mundo, sería bueno crear al mundo con mis atributos, porque dentro de  mi hay Smijá (apoyo), para aquellos que caen, como está escrito: ‘El Creador apoya (Somej) a todos los que caen’. El Creador le respondió: ‘Por eso eres necesaria en tu lugar; no te muevas de él. Si te movieras de tu lugar, en el interior de en la palabra Somej, aquellos que caen perderían el apoyo que encuentran en ti, ya que ellos se afianzan en ti (tus atributos)’. Cuando hubo escuchado esto, la letra Sámej partió.” Este párrafo implica una explicación muy técnica del Árbol de la Vida, pero en lenguaje simple, hay varias cosas importantes que podemos extraer. La primera, es que el Creador destaca una vez más la importancia del orden del alfabeto hebreo. En todas las letras se destaca el hecho de que la posición que ocupan es indispensable para el buen desarrollo de la creación y corrección del hombre. En ningún momento se habla de la corrección de la naturaleza y del medio ambiente. Sólo se hace referencia a la corrección del hombre, porque todo depende de él, todo obedece a la conciencia del hombre (hasta las estrellas y los planetas se inclinan ante el hombre corregido). Este orden es un engranaje perfecto, es un ADN cósmico.


Dice el Zohar que Dios  pensó que si el mundo hubiese sido creado con los atributos de Sámej, ella hubiese tenido la capacidad de proteger a todas las criaturas, aun cuando sus acciones fueran corruptas, porque, incluso en tal estado, la fuerza impura no podría causarles daño (el problema radica en que esto no permitiría el desarrollo ni la corrección del hombre). Esta protección de la que hablamos, se asemeja a la de una madre que sobreprotege a su hijo. Como hace todo por él, no lo deja desarrollarse, y el día que sale solo a enfrentar al mundo, carece de las herramientas necesarias para ser exitoso.  Por eso, Dios le dio la función a Sámej de ser el apoyo de los caídos, es decir, de ser el sostén metafísico que viene en nuestro auxilio ante las dificultades de la vida.


La forma de Sámej nos revela que no importa lo que hagamos, y cuánto tiempo pase, porque nuestro destino final es regresar a la Fuente de todas las cosas. La unión está garantizada: el final y el principio se unen en el mismo punto.



Cuando Sámej está bloqueada, se siente atracción por las fuerzas del bajo astral (por eso vemos a tanta gente atraída por la magia y brujería).  La brujería es un apoyo ficticio: pareciera que otorga algo, pero es falso; como en ella hay ausencia de Luz, sólo busca recibir. Cuando hay Luz verdadera, surge la necesidad de Dar, y ésta es una de las maneras de reconocer cuándo estamos en presencia de la Luz y cuándo no.


Como bien dice el Zohar,  Sámej es nuestro único apoyo; sólo ella puede navegar en las aguas de nuestro egoísmo, sin contaminarse, para elevarnos. Por eso, la carta que lo identifica en el Tarot de Marsella es El diablo. Sólo la Luz puede otorgar; todo lo demás sólo busca recibir.


Esta figura de la carta es el gran tabú de la humanidad. Algunos creen que este personaje no existe, y es cierto: no existe el personaje rojo con cachos y cola, que vemos en los dibujos animados. Lo que sí existe es una fuerza, también llamada “fuerza impura”, que constituye la energía del caos. Es una fuerza  interna que se divide en muchas fuerzas impuras. En la Biblia, se la describe como el dragón de 7 cabezas (una por cada chacra), porque, en verdad, representa fuerzas impuras inteligentes, que actúan a través del ego del hombre. Por ejemplo, cuando alguien quiere dejar de fumar, puede pasar varios días sin hacerlo, pero internamente, tiene una fuerza que es tan fuerte (permítaseme la redundancia), que se ha convertido en una sustancia bioquímica que lo impulsa a retomar el cigarrillo. Esta fuerza es esa energía a la que en Kabalah se le llama oponente, porque ella está allí para que desarrollemos la resistencia necesaria para tener éxito y alcanzar la Luz. Para poder desprenderse de la fuerza negativa que incita a retomar el cigarrillo, el fumador debe aferrarse a Mem, la letra depuradora. Es decir, el fumador, conscientemente, debe pasar  40 días y 40 noches en abstinencia, sólo allí podrá estar en control de su vicio. Si después de este periodo recae en el vicio, es porque no extrajo conscientemente la Luz de la Fuente, para llenar el vacío que le dejó el hecho de dejar de fumar. 

Recuerden que todo lo que queremos es Luz, y aquello que nos da placer sólo para el cuerpo es Luz directa, y es ésta la que nos “quema” (por eso es que la gente muere por fumar, por drogas, por alcohol, etc.). El cuerpo físico no tolera la Luz directa (ésta necesita pasar por los filtros de las esferas emocionales).  No hay otra letra que sea más apropiada, para apoyarnos en tal situación, que Sámej.  El oponente también es parte de la creación; si bien su propósito es extraer la Luz que recibimos para poder mantenerse vivo, él no es malo. ¿Podríamos decir que un  león que caza y  que se  come su presa es malo? No, porque así fue creado; ese es su mecanismo de subsistencia. De la misma forma, el oponente “caza y come” emociones, porque ellas son el modo en el cual la Luz llega a nosotros. Por eso, cada vez que alguien en la calle te saca de tu lugar de paz, debes estar consciente que no es la persona la que te está atacando, el oponente está usando esa persona para “cazar” una emoción de baja frecuencia (que es de lo que puede vivir). Como su reino está debajo de Maljut, él solo puede vivir de “comer” las emociones caídas (no tiene acceso a las emociones sublimes). Sólo Sámej, al ser completamente cerrada, puede descender allá abajo y rescatar esa Luz que perdiste por tu debilidad, sin que las fuerzas impuras se adhieran a ella. Por esta razón, ésta es la letra más adecuada para trabajar el atributo del coraje y voluntad.


Vemos en la carta del Tarot que la figura central está sobre un púlpito, destacando su grandeza, su predominancia sobre las dos criaturas (masculina/femenina) con cuernos, quienes están atadas, sometidas a su fuerza. El color carne nos habla de la materia, y los cuernos nos hacen pensar en los instintos animales. Es así como esta energía, oponente a la Luz, es la que domina la materia, y nuestro trabajo es vencerla. Hay un punto muy importante: en la mano derecha del personaje central hay una espada blanca. Esto nos indica dos cosas aparentemente contradictorias. La primera, es que siempre está en guardia, dispuesto a dar la pelea, y, la segunda, es que está sometido a las Leyes de la creación que se basaron en la misericordia. Es decir, esta fuerza sólo puede acercarse por Ley de  causa y efecto;  de lo contrario, no puede tocarnos. A nivel práctico: esta energía sólo puede “comer”  cuando hacemos algo que va en contra del orden universal; si nos mantenemos aferrados a la Luz,  ella no puede tocarnos, salimos de su dominio.


A lo largo de nuestra vida, la crianza que hemos tenido, las reglas de moralidad y leyes de la sociedad, nos han producido un gran bloqueo de Sámej, porque todo esto nos ha conectado con el concepto del bien y mal. Lo malo nos conecta con el miedo, pero como estamos hechos para vivir en la Luz, nos rebelamos ante ese sentimiento, que está aferrado a nosotros desde que nacemos. El miedo  atrae confusión mental, obstrucción de la percepción, creencias limitantes, y todo esto son bloqueos que pueden liberarse con Sámej. Otro punto importante, y es uno de los grandes secretos de la Kabalah, es que el concepto del bien también nos conecta con lo malo, porque si existe el bien también existe el mal, y éste tiene cabida dentro de la creación, lo cual es una ilusión. El Zohar nos enseña que la creación es perfecta tal y como es. No tenemos que ser buenos, sino ser coherentes. La misericordia (amor) y el rigor (fuerza) son dos aspectos que constituyen una misma energía; ambas son conectivas con la Luz, están polarizadas. Lo ideal es transitar el camino del medio, utilizar la fuerza del rigor para vivir y expandir la misericordia, y amar con fuerza a tu prójimo como a ti mismo.


Otro signo de bloqueo de esta letra es el comportamiento autodestructivo. Ya hablamos de los vicios  como la droga o el alcohol, que son producto del vacío espiritual que siente el adicto, es decir, es Luz que no retorna a su fuente,  no crea la Sámej. Aquí voy a tocar un punto delicado y se trata de la masturbación del hombre. El semen es como la semilla de una fruta: en él esta la esencia de la vida. El alma (Luz) se transfiere a través del semen; el óvulo es la vasija que la contiene, pero es el semen el que transporta la Luz. De acuerdo a como trates tu semen, así mismo estarás tratando a tu Luz vital. Sin contar todos los deterioros psicológicos y físicos que esto produce en el hombre, a nivel metafísico es evidente que la masturbación es Luz directa que va a ser depositada en los mundos del caos (porque carece de una vasija que lo contenga). Un hombre que se masturba constantemente está destruyendo su cuerpo, tal y  como lo hace un drogadicto, porque voluntariamente, la Luz de la cual él es portador, se la da al oponente. Hay una regla de oro: toda Luz que carezca de una vasija apropiada, cae en el mundo del caos, y por eso la Luz directa nos conduce a la muerte. El propósito de nuestra vida es nutrir al alma, y si, en lugar de eso, nutrimos al caos, entonces el universo entiende que no tiene sentido que el alma siga habitando ese cuerpo, y por ello lo abandona. El sistema está creado con tal inteligencia que nada puede estar detenido: un alma que no recibe Luz, está deteniendo  su proceso de evolución, y esto detiene a todo el universo. Esto atenta contra el orden universal, y por eso el cuerpo muere. Cuando el ser humano agotó la Luz que tiene que darle al alma en una encarnación, ésta se marcha para encontrar un nuevo cuerpo que le provea Luz (este proceso es llamado reencarnación). Ten presente siempre que el cuerpo es sólo la vasija que contiene al alma.  Realizar la Sámej es nuestro objetivo en la vida. 



Cada vez que algo te molesta, es el ego que te impulsa para que le des energía vital, y Maljut (el cuerpo) está hecho para recibir la Luz de la misericordia. Por eso, este mundo fue construido con la Bet. Maljut no acepta otra Luz, y es ésta la que engrandece la vasija, la que da vida y perpetuidad, porque en esta Luz está el deseo de otorgar, y es sólo ese deseo el que permite que la Luz fluya en todo el universo. Por ello, te invito a que, con cada paso que des, reflexiones sobre la maravillosa enseñanza que nos otorga esta letra. Reflexiona sobre a quién le estás dando tu Luz.


El autor del Zohar, Rabbi Shimon Bar Yojai, fue uno de los pocos hombres que ha llegado al nivel máximo de evolución: él realizó la Sámej. En su obra está condensada su Luz. Al estudiar este libro, que es lo que hacemos aquí, estamos absorbiendo energías sutiles, y, aun cuando la tentación del oponente siempre estará allí, cada día esta Luz del Zohar nos otorga conciencia para poder extraer la Luz de la tentación y sublimarla.


¡Hasta la próxima!



Meditación práctica


Primeramente, se recomienda dibujar la letra (usa la imagen que está en el inicio, en blanco y negro). Luego, observarla de 3 a 5 minutos, cerrar los ojos y visualizarla  frente al tercer ojo. Seguidamente, se lleva la letra a la glándula pineal (en el centro de nuestro cerebro). Por último, se visualiza en el cerebelo (ubicado en la base de nuestra cabeza, en donde se conecta la columna con el cerebro). Para mayor claridad, observa la siguiente imagen, donde está señalada la ubicación de la glándula pineal y el cerebelo en nuestro cerebro.



La anterior instrucción también puedes escucharla en el audio (formato mp3) que te brindamos seguidamente. Recuerda que estas instrucciones son generales, y, por tanto, debes seguirlas cuando inicies la meditación con cualquiera de las letras hebreas. 


Descarga
INSTRUCCIÓN GENERAL.mp3
Archivo de audio MP3 724.5 KB


Una vez que hayas realizado la práctica anterior de visualización, escucha la siguiente meditación, que está construida para que te conectes, de forma específica, con el Elohim Somej, Sámej.


Descarga
MEDITACIÓN SOMEJ.mp3
Archivo de audio MP3 4.8 MB